España es, probablemente, el país más variopinto de Europa: para los amantes de la acción y la montaña, los Picos de Europa, el Parque de Ordesa y los Pirineos son lugares indicados para realizar esquí, alpinismo y demás deportes de riesgo. La geografía española regala fantásticas playas a los amantes de la costa, siendo todas ellas diferentes dependiendo del mar que las bañe: el Atlántico, ofrece un mareaje rudo y frío, mientras que el Mar Mediterráneo es cálido y tranquilo. Además, ciudades como Madrid o Barcelona son dos de los centros turísticos y culturales más grandes y concurridos del viejo continente.