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Platja d’Aro es, en estos momentos, una de las localidades más importantes de la provincia de Girona y de la Costa Brava en general. Se encuentra dentro del municipio Castillo de Aro, dentro de la comarca del Bajo Ampurdán de la comunidad autónoma de Cataluña. Tiene una población censada de 11.500 personas, aproximadamente, la cual se multiplica hasta rondar los 100.000 durante los meses de verano. Algo que da fe de su calidad como destino para pasar unas estupendas vacaciones de sol y playa en el Mediterráneo.
Como es obvio, las calas y playas de Platja d’Aro suponen sus principales enclaves de interés. De hecho, la mayoría de personas que viajan hasta aquí y reservan un alojamiento con el propósito de disfrutar de unas merecidas vacaciones lo hacen con el propósito de disfrutar del mar y la playa.
Estas playas se caracterizan por contar con arena fina y dorada y aguas cristalinas. Son ideales para disfrutar del sol y de un refrescante baño, así como para practicar deportes acuáticos. Sin embargo, no son los únicos puntos de interés de la zona.
También hay que hacer referencia, por ejemplo, al Castillo de Aro y al núcleo histórico que lo rodea. Este lugar está considerado como Bien Cultural de Interés Nacional desde el año 1985 y data del siglo XVI-XVII. Se conserva prácticamente igual que cuando fue construido, ya que a lo largo de todos estos años apenas se han reformado. Sin duda, reflejan muy bien la importancia de la región durante la Edad Media.
Los amantes de la historia encontrarán también en el Castillo de Benedormiens otro lugar en el que deleitarse. Es todavía más antiguo, puesto que su construcción dio inicio en el año 1041. Hasta el siglo XV, su papel fue clave en la defensa del territorio. Finalmente, no se debe olvidar mencionar el paseo marítimo de Playa de Aro. Alberga el Cavall Bernat, el Parque de los Enamorados y la desembocadura del río Ridaura, entre otros muchos lugares dignos de visita.
Tomar el sol de forma relajada y sin preocupaciones. Eso es lo primero que debe hacer cualquier persona que visite Platja d’Aro. En este sentido, el territorio está repleto de playas y calas dignas de una visita. Sin embargo, la más popular de todas es la Cala del Pi. Eso sí, en temporada alta, la única forma de disfrutar de ella es madrugando, ya que resulta bastante pequeña y suele tener bastante afluencia de turistas.
Por su lado, este es el entorno ideal también para disfrutar de determinados deportes acuáticos. El más popular de todos es, sin duda, el kayak, ya que la zona se encuentra rodeada de acantilados espectaculares. Sin embargo, si las condiciones acompañan, también es posible practicar esnórquel e, incluso, realizar bautizos de buceo. Lo mismo sucede respecto al windsurf, el kitesurf y el surf.
Además, por este lugar pasa el famoso Camino de Ronda. Se trata de un sendero que recorre el conjunto del litoral de la Costa Brava. Es recomendable llevar bañador, sobre todo, en verano. Hay dos razones: la primera de ellas es que hace bastante calor y nunca está de más disfrutar de un refrescante chapuzón durante la ruta; la otra es que atraviesa alguna de las mejores y más recónditas calas de Girona.
Encontrar un buen alojamiento en Platja d’Aro no es difícil. El lugar está perfectamente acondicionado para el turismo y brinda una gran variedad de opciones. Por ejemplo, no es difícil encontrar un hotel en primera línea de playa que ofrezca vistas al mar y que esté repleto de servicios.
Pero ¿qué opciones tienen quienes prefieren otras formas de alojamiento? Muchas. Es posible, por ejemplo, alquilar un apartamento en Platja d'Aro con varias habitaciones que disponga, además, de cocina propia. Esta es la opción ideal para quienes viajan en familia o con grupos de amigos y que quieren disfrutar de las comodidades que tendrían en su propio hogar y un montón más de ventajas.
La mejor alternativa a un apartamento en este tipo de casos es un aparthotel. Este tipo de establecimientos mezclan los servicios propios de un hotel con la privacidad de un apartamento.
Platja d’Aro está muy bien comunicada. En este sentido, si se viene desde algún punto lejano, lo mejor es tomar un vuelo hasta el aeropuerto de Girona, de Reus o de Barcelona y, desde allí, alquilar un coche. Es posible llegar hasta su territorio a través de la autopista A-7 de forma muy rápida y cómoda.
Sin embargo, hay alternativas. Por ejemplo, la línea de tren R-11 llega hasta Playa de Aro. También lo hacen las líneas 100, 152, 301, E2 y L6 de autobuses. Una vez que se esté allí, no hay que preocuparse de nada, puesto que es una localidad de dimensiones reducidas que se puede recorrer a pie o en bicicleta sin ninguna dificultad. Estos vehículos de dos ruedas pueden alquilarse en los alrededores de cualquier apartamento o aparthotel.
El crecimiento demográfico de Platja d’Aro ha sido espectacular durante las últimas décadas. Basta con decir que, a principios del siglo XX, aquí apenas residían 110 personas. Sin embargo, tras el boom turístico de la década de 1960, su población empezó a crecer notablemente.
Por su lado, en 1978 se recuperó el Carnaval de Playa de Aro. Se trata de uno de los más populares de España, puesto que está inspirado más en los celebrados en el Centroeuropa que en España y en el resto de Cataluña.